Mi perro se comió un ratón envenenado
Si tu perro se ha comido a un ratón o rata envenenados… ¡No pierdas más tiempo! Aquí te decimos que hacer con 5 pasos que le pueden salvar la vida a tú mascota.
1. Llévalo al veterinario. Lo mejor que puedes hacer es llevarlo lo más pronto al veterinario para que le den el tratamiento correspondiente o les hagan un lavado estomacal.
2. Ten a la mano la caja o el contenedor del veneno. Si aún tienes el envase del veneno, puedes leer las indicaciones de que hacer en caso de ingerir.
3. Si tu perro acaba de comer el veneno, hazlo vomitar. Esto lo puedes hacer con una jeringa y agua oxigenada. Dales de tomar el agua hasta que vomiten.
4. Debes saber qué tipo de veneno consumieron. Si tu colocaste el veneno en la trampa para ratas, debes saber que sustancia utilizaste, esta información es importante para el doctor que atenderá a tu perrito.
5. No te confíes. Aunque es cierto que por su tamaño, un perro grande necesitaría una cantidad mayor de veneno para morir, no podemos confiarnos, no dudes en llevarlo al médico.
⚠️ Aquí las enfermedades de las ratas que se pueden transmitir a los perros ⚠️
¿Qué tratamiento se utiliza para el envenenamiento?
Para eliminar las toxinas del veneno, se utiliza la vitamina k inyectada y suero.
¿Cómo funciona la vitamina K?
La mayoría de los raticidas son anticoagulantes de primera o segunda generación, esto determina la efectividad del veneno. Lo que causan estas toxinas es la reducción de la vitamina k.
La vitamina K se encarga de sintetizar el ácido dicarboxílico, uno de los componentes que permiten la coagulación y a su vez se encarga de la conjunción de calcio.
Al inyectar vitamina k, estos procesos se estabilizan y regresan a sus funciones normales.
¿Cómo saber si mi perro se ha intoxicado?
Después de haber ingerido el agente tóxico, los síntomas comenzarán a aparecer en un lapso de 2 o 5 Días. La toxina agota los factores que ayudan a la coagulación, por ello se genera un cuadro clínico llamado “coagulopatía por déficit”, lo que causa hemorragias y hematomas subcutáneos.
Otros síntomas son la depresión, disnea y la anorexia.
